VARANOS Y HELODERMAS




VARANOIDEA es una superfamilia de saurios o lagartos, clase Reptiles, que comprende varias familias, de las cuales las que aquí interesan son dos: VARANIDAE (los varanos o lagartos monitores, con Varanus komodoensis - el dragón de Komodo - como representante más destacado) y HELODERMATIDAE (género Heloderma).
El interés de estos lagartos para este Blog viene tanto por su afinidad con las serpientes, pues la evidencia sugiere que éstas tuvieron su orígen en un ancestro varanoideo probablemente marino o excavador (aunque todavía existe en la comunidad científica un gran debate sobre esta cuestión), como por la existencia de aparato venenoso en algunas de sus miembros (algunos VARANOIDEA y la totalidad de los HELODERMATOIDEA).

A la superfamilia VARANOIDEA pertenecía el Megalania (Varanus priscus = Megalania prisca), hoy extinguido, un enorme varano que vivió en Australia meridional durante el Pleistoceno, hace unos 40.000 - 30.000 años (tal vez lo llegaron a conocer los primeros pobladores de la isla); este saurio, que podía medir más de cinco metros, probablemente tenía glándulas venenosas, por lo que habría sido el vertebrado venenoso más grande conocido.

Actualmente el mayor miembro de la superfamilia es el antes citado Varanus komodensis, una criatura formidable que puede alcanzar tres metros de largo, y con glándulas venenosas capaces de fabricar un veneno altamente tóxico.

Ejemplares de Varanus komodoensis fotografiados en el Zoo de Barcelona.

REPTILES VENENOSOS
Durante mucho tiempo se ha creído que sólo había dos lagartos venenosos en el mundo, que eran Heloderma suspectum y Heloderma horridum. La Ciencia descubrió que además de ellos dos, existen otros lagartos que también producen veneno. En el género Varanus encontramos algunos de ellos. Tanto en los Helodermatidae como en los Vananidae las glándulas productoras de veneno se situan en la mandíbula inferior, mientras que en las serpientes se ubican en la mandíbula superior. Sin embargo el hallazgo también en un lagarto agámido (y por consiguiente no varanoideo), que es Pogona barbata (un lagarto australiano) de glándulas productoras de veneno tanto en la mandíbula superior como en la inferior ha resultado enormemente significativo, porque ha permitido deducir que el sistema de veneno en lagartos y serpientes ha tenido un orígen común, un ancestro común. Y esto lleva a agrupar a todos los linajes que poseen glándulas orales productoras de veneno (sean lagartos o serpientes) dentro de un mismo y único grupo taxonómico.
La especie Pogona barbata mantiene características de los ancestrales sistemas de producción de veneno, concretamente, según escribí antes, glándulas venenosas en ambas mandíbulas (inferior y superior), mientras que los lagartos anguimorfos (Helodermatidae y Varanidae) y las serpientes más modernas tienen un sistema productor distinto que se caracteriza por la pérdida de las glándulas maxilares (las superiores) o bien las mandíbulares (inferiores), respectivamente.
Ese grupo taxonómico al cual pertenecerían aquellos linajes poseedores de glándulas orales venenosas, ese "clado venenoso" por así decirlo, se le llama TOXICOFERA, y según se ha dicho comprendería a los reptiles venenosos, pero además también a especies no venenosas pero directamente emparentadas con aquellos. En total, unas 4.600 especies aproximadamente.


EL GENERO Varanus
La familia VARANIDAE comprende a todos los miembros del género Varanus, ampliamente distribuidos por África, Asia, y Oeanía (en Australia son particularmente abundantes). Vulgarmente se les conoce como "varanos" o "lagartos monitores"; en Australia se les llama "goannas".
Los varanos se caracterizan por tener un cuello largo, una cola poderosa, extremidades particularmente desarrolladas y fuertes garras. Su tamaño es muy variable, pero los adultos nunca miden menos de 20 cm, mientras que hay especies que alcanzan y/o superan los 2 metros; Varanus komodoensis puede llegar a los 3 metros y el desaparecido Megalania o Varanus priscus era todavía mayor.
Son lagartos carnívoros, con sólo unas pocas especies que se alimentan de vegetales y frutas. Reproducción: son todos ovíparos.


Varanus komodoensis



El dragón de Komodo es un impresionante lagarto que puede llegar a medir tres metros, y con un peso superior a 70 kg.
Varanus komodoensis tuene un cuerpo abultado y poderoso...
...con unas garras fuertes y terribles.

De hábitos diurnos, se encuentra en algunas islas de Indonesia, tales como Rintja, Padar, Flores, o la isla de Komodo de donde toma su nombre común.
A pesar de su formidable aspecto, la mordedura de Varanus komodoensis, en términos de fuerza mandibular, es mucho más débil que la de un cocodrilo de tamaño similar, debido a su mayor fragilidad craneal que impide que sus mandíbulas puedan desgarrar e inmovilizar a las grandes presas (cerdos, caballos, búfalos) que caza.

Las terribles mandíbulas de un cocodrilo (Crocodylus siamensis, ejemplar que fotografié en el Zoo de Barcelona)

Un estudio realizado por investigadores australianos ha encontrado un complejo sistema de glándulas productoras de veneno en el cráneo de los dragones de Komodo. "Un sofisticado aparato de matar compuesto por un gran arsenal", asegura el investigador principal. El veneno de esta especie provoca una severa pérdida de sangre inducida por anticoagulantes y vasodilatadores que causa un "shock" en la presa que termina por matarla. El compuesto tóxico es muy similar al de muchas serpientes.

El dragón de Komodo, una especie verdaderamente venenosa.

EL GENERO Heloderma
Este interesantísimo género únicamente comprende dos especies de lagartos que integran la familia HELODERMATIDAE.

El monstruo de Gila, un representante de los Helodermatidae.

A pesar de su afinidad a los VARANIDAE, los HELODERMATIDAE conforman una familia distinta, tanto por su separación geográfica (son exclusivos de América; a Heloderma horridum se le ha llamado el "lagarto monitor de México") como por características ausentes en los lagartos monitores.
Ciertamente helodermas y varanos coinciden en muchos aspectos:
- Estructura craneal
- Osteodermos (es un rasgo típico de Heloderma pero presente también en muchos Varanus)
- Sus especializados sistemas quimiosensoriales, y
- Sus espectaculares combates rituales entre machos.

Las dos especies del género son el conocido como "montruo de Gila", el Heloderma suspectum, con dos subespecies, y el Heloderma horridum, que recibe muchas denominaciones, y con varias subespecies.

Seguidamente, bonito ejemplar de Heloderma suspectum que fotografío en el Zoo de Barcelona:


El género Heloderma ha existido desde el Mioceno, cuando Heloderma texana (hoy extinguido) se extendía sobre la mayor parte de América del Norte. Los HELODERMATIDAE no han experimentado cambios morfológicos importantes, por lo que a veces se les considera verdaderos fósiles vivientes.
Los HELODERMATIDAE guardan muchas similitudes con las serpientes: similitudes en sus dientes, reemplazamiento de dientes, estructura craneal, lengua bifurcada, y rasgos de comportamiento como los combates rituales de los machos.

Heloderma suspectum, en su guarida, en una exposición sobre animales venenosos en el Museu Blau de Barcelona, año 2014.
Ejemplar de Heloderma suspectum en el Zoo de Barcelona.

Heloderma suspectum



Conocido como "monstruo de Gila", debe este nombre al río Gila de Arizona. Heloderma suspectum encuentra su hábitat natural en las zonas áridas y herbazales secos.
Se describen dos subespecies: Heloderma suspectum suspectum, monstruo de Gila reticulado, difundido desde el centro de Arizona hasta el norte de Sinaloa (México), y Heloderma suspectum cinctus, el monstruo de Gila bandeado, localizado en el extremo suroeste de Utah, sureste de Nevada, sureste de California y oeste de Arizona.
Esta especie tiene la piel como una tapicería, con unas escamas redondeadas (que asemejan las cuentas o bolitas de un rosario o un collar, de ahí su otro habitual nombre: "lagarto de cuentas"), que cubren el cuerpo y las extremidades, y de color negro y amarillo o negro y rosado.

Detalle de la piel de Heloderma suspectum.

Esta coloración tan llamativa y contrastada se cuestiona si tiene función aposemática. Alguna investigación en este sentido apunta a que podría ser, al revés, con intenciones crípticas. Daniel D. Beck, experto en especies del género Heloderma, opina que tal vez la coloración brillante de estos lagartos pueda tener tanto función aposemática como críptica, dependiendo de la proximidad del potencial depredador al lagarto (aposemática si está próximo, y críptica si está a mayor distancia).
Heloderma suspectum es un saurio relativamente grande (de promedio 30 a 50 cm, los ejemplares más grandes habitan en la región más oriental de su área de distribución), con la cabeza ancha y grande, cuello corto, patas cortas y poderosas garras.
La cola es corta y gruesa, y tiene la particularidad de que en ella el animal puede almacenar grasa (como hacen los camellos en sus gibas) que luego utilizará como energía, en períodos de invernación o cuando haya escasez de alimentos.

Detalle de la cola de Heloderma suspectum.

Heloderma suspectum tiene una gran capacidad de ayuno, lo que le asemeja también a las serpientes, y a la vez lo separa de otros lagartos. Los motivos de esta capacidad son: las reservas de grasa almacenadas en su cola, como ya he mencionado, su bajo ritmo metabólico, y el hecho de que se trate de un animal ectotermo (de "sangre fría"), circuntancia esta última que comparte con todos los demás reptiles. Puede tragar presas relativamente grandes (su estructura craneal se lo permite) lo que evita que tenga la permanente necesidad de estar comiendo con frecuencia, como en cambio sí ocurre con los lagartos que se alimentan de presas pequeñas.

Heloderma suspectum, Museu Blau, 2014.
Heloderma suspectum, Zoo de Barcelona; en este Zoo se exponían, cuando lo visité en noviembre de 2015, tres bonitos ejemplares de esta especie.
Pareja de Helodermas suspectum, Zoo de Barcelona.
Detalle de la cabeza de Heloderma suspectum.
Heloderma suspectum evaluando el peligro con su lengua similar a la de las serpientes.

APARATO VENENOSO Y VENENO DE Heloderma suspectum
El aparato venenoso de los Heloderma (también de Heloderma horridum) consiste en 8 o 10 dientes ubicados en la mandíbula inferior acanalados por ambas caras, pero sobretodo por la externa. Las glándulas venenosas, a diferencia de las serpientes, están situadas también en la mandíbula inferior y no desembocan en la base de los dientes, sino que el veneno debe fluir a lo largo de un pliegue mucoso de la boca. Al morder, el heloderma debe sujetar con fuerza y retener así durante algún tiempo, sin aflojar, y esperar que el veneno se filtre por la herida producida por sus numerosos dientes. Como se ve el mecanismo es menos sofisticado que el de las serpientes, y si se logra separar rápidamente la mano o brazo de las fauces del lagarto tras la mordedura, se evitará que el veneno llegue a penetrar en la herida, o bien entre muy poca cantidad. Lo malo es que esto no siempre es posible hacerlo: los Heloderma están dotados de poderosas mandíbulas y fuertes dientes.

Mucho se ha escrito sobre la toxicidad del veneno y los terribles efectos que éste tiene en los humanos, y a menudo de manera contradictoria. Los resultados obtenidos en distintas pruebas llevadas a cabo en laboratorios con ratones son también divergentes. Para algunos la toxicidad es muy alta (Phisalix, 1911, asignó 5-8 mg de veneno como dosis letal para un ser humano) mientras otros le restan peligrosidad.
El veneno de los Heloderma es muy tóxico y los síntomas del envenenamiento son graves: dolor (extremadamente intenso, más que el causado por una mordedura de víbora, según relatan con unanimidad todos los que han sufrido ambos envenenamientos), edema o hinchazón, hipotensión, taquicardia, parálisis, convulsiones, nauseas y vómitos. El veneno contiene fuertes componentes neurotóxicos que pueden causar fallo respiratorio (Lidikay, 1997). Muertes por mordedura de Heloderma suspectum han sido recordadas, aunque no son frecuentes, y varias de ellas en personas que ya padecían alguna patología o que estaban en estado de embriaguez al tiempo de la mordedura. También se han recogido casos de muertes fulminantes (ocurridas a las pocas horas de la mordedura): Jonathan A. Campbell y William W. Lamar (2004) enumeran los casos descritos por Arrington (1930), Storer (1931), Dunn (1951) y Bogert y Martín del Campo (1954) pero los prestigiosos autores indican también que tales casos no fueron rigurosamente autentificados. En cualquier caso, los Heloderma son lagartos que deben tratarse con mucho respeto, y que hay que desconfiar de la aparente pasividad y lentitud de sus movimientos, pues con un rápido giro de cabeza y cuerpo pueden asestar una mordedura que como poco puede resultar extremadamente dolorosa, y, como mucho, ser sencillamente mortal.
El veneno de Heloderma tiene efectos más severos en los animales vertebrados que en los invertebrados, y los endotermos (mamíferos y aves) son más susceptibles que los ectotermos. Heloderma suspectum parece ser inmune a su propio veneno. En cuanto a la potencia del veneno de Heloderma suspectum, la mayor toxicidad se consigue en ratones de laboratorio por vía intravenosa (LD 50= 0,4 - 2,7 mg/kg); bibliografía: "Biology of Gila monsters and Beaded lizards" Daniel D. Beck, University of California Press, 2005.
En los mamíferos, el veneno de los Heloderma tiene unos efectos similares a los de Crotalus atrox.
En cuanto a la epidemología, los envenenamientos por Heloderma suspectum en humanos son muy raros en condiciones naturales. La mayoría de los accidentes suceden cuando se le manipula o se le intenta capturar, a veces estando la persona bajo un estado de embriaguez que hace particularmente peligroso un envenenamiento.






Heloderma horridum

Ejemplar de Heloderma horridum que fotografío en una exposición en el Museu Blau, Barcelona 2014.

En México lo llaman "escorpión" (nombre que también recibe Heloderma suspectum), "heloderma negro" y en el estado de Chiapas "lagarto enchaquirado"; en Guatemala "escorpión"; los ingleses lo conocen como "beaded lizard" que literalmente significa "lagarto de cuentas".
Este bellísimo animal se encuentra en los bosques tropicales de la costa del Pacífico desde Sonora (noroeste de México) hasta Guatemala. Es un lagarto grande (los adultos rara vez superan los 70 cm, pero todavía pueden excepcionalmente llegar al metro de largo), mayor que Heloderma suspectum, con la cabeza delgada y redondeada, cuello relativamente largo, en todo caso más largo que su pariente Heloderma suspectum, patas poderosas con uñas bien afiladas y una cola larga y fusiforme. Es un excelente trepador, y se le ha encontrado en alturas de 5 - 7 metros sobre el suelo; sus extremidades largas, sus afiladas uñas y una cola semiprehensil son adaptaciones en su morfología para poder trepar.
En cuanto a su coloración varía considerablemente, pero la mayoría de los individuos tienen la cabeza (incluidos los labiales inferiores y zona gular) oscuros, y las extremidades también, con la cola anillada de amarillo y oscuro (unas 5 a 7 bandas o anillos oscuros). Cuatro subespecies descritas.

Ejemplar fotografiado en el Parque temático de Naturaleza, Madrid, febrero 2016.

Heloderma horridum puede ser activo tanto de noche como de día, aunque en este último caso evitando las horas de más calor.
Si molestado, este magnífico saurio puede moverse con sorprendente agilidad, mordiendo y reteniendo la presa con la tenacidad de un bulldog. Lo mismo que Heloderma suspectum, es venenoso, las glándulas del veneno están situadas en la mandíbula inferior, y la mordedura está considerada extremadamente dolorosa y potencialmente letal.

EL VENENO DE Heloderma horridum


Su veneno tiene una toxicidad similar a la de Heloderma suspectum. La subespecie H. horridum charlesbogerti tiene una LD 50 en rata por vía subcutánea de 1,00 mg/ kg (Ariano - Sánchez, 2003).
El dolor es muy intenso en envenenamiento por Heloderma, en general, y para controlarlo pueden ser necesarias grandes cantidades de analgésicos. Un caso registrado de mordedura de Heloderma horridum describió un dolor local tan extremadamente severo e invalidante que no se alivió ni con meperidina (150 mg).
Dado el tamaño de Heloderma horridum, es posible que sus mordeduras pueden ser todavía más graves que las de Heloderma suspectum, sobre todo en los ejemplares mayores, por la supuestamente mayor cantidad de veneno inoculada (Heloderma suspectum produce unos 17 mg de veneno; se cree que Heloderma horridum, por ser mayor, puede producir más).



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